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Reúna los vestigios
licúe promesas, pueden ser vanas u otras
deshidrate lágrimas (todas)
envaine gestos y arrumacos
enrolle silencios
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Disponga todo en un atadillo
y agítelo con valentía
sin llegar al abatimiento (o sí)
.
Por último ábralo
expóngalo al sol
ingiéralo seco, que raspe
mastíquelo
rúmielo
desmenúselo
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Recomiende este plato cicatrizante
si lo recuerda
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