Violeta, su pequeña huella crece y crece,
siempre vuelve
 
yo que huí a los bosques
toqué con las manos la tierra mojada
alimenté el cuerpo con raíz amarga
bebí de las rocas
dormí sobre escarcha
renové tejidos con salitre y agua
y descubrí mi alma
preténdote, hombre
bravío y nutriente
.